Mano a mano con la periodista británica expulsada el viernes del país, cuando llegó para participar de la OMC. Dice que el episodio va en línea con la política doméstica de Cambiemos.
Responde “no”, suspira y sonríe. La periodista británica Sally Burch es categórica al ser consultada sobre si alguna vez había sido expulsada de un país como le ocurrió el viernes, cuando intentaba ingresar a Buenos Aires para participar de la cumbre de la Organización Mundial del Comercio que tendrá lugar entre el domingo y el miércoles en el Centro Cultural Kirchner y hoteles cercanos.
Una cámara federal de La Plata hizo lugar a un habeas corpus colectivo en favor de los rechazados, pero la decisión llegó tarde. Burch ya había sido obligada a embarcar en el vuelo de las 19.30 con destino a Lima.
Tiene 68 años y vivió la segunda mitad de su vida en Ecuador, donde reside. En 1977, participó en Canadá de la fundación de la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI), con el fin de doblegar el bloqueo informativo impuesto entonces por las dictaduras militares de la región, y en 2003 coordinó el comité de Contenidos y Temas de Sociedad Civil de la cumbre mundial de la Sociedad de la Información.
Expuso y discutió en decenas de encuentros internacionales, varios de ellos bajo el paraguas de Naciones Unidas. Responde a la Letra P a horas de aterrizar en Quito, la ciudad que eligió por razones personales y donde dirige ALAI.