Mientras se encuentra detenido en el penal de Ezeiza por el asesinato de Cristian Díaz, un grupo de delincuentes saqueó el departamento de Pity Álvarez ubicado en Villa Lugano. Por este motivo, efectivos policiales se acercaron al lugar para custodiar la vivienda. Aún se desconoce si se trató de un robo o de un hecho de vandalismo en venganza, protagonizado por amigos de la víctima.
El departamento se encuentra deshabitado aunque aún permanecen allí varias de las pertenencias del ex cantante de Viejas Locas. Luego del incidente, asistió al lugar Cristina Álvarez, madre de Pity. La mamá del músico dijo que la última vez que lo visitó fue el martes, “que ya sabe del robo” y que hablaron de cosas triviales porque en el estado en que está “es muy ciclotímico y hay que tener cuidado con lo que se le dice“.
Según dijo la mujer a la prensa, el músico detenido por el crimen de Cristian Díaz “le pide muchos cigarrillos“y todavía “está atravesando la abstinencia a las drogas“. La madre denunció que como le saquearon el departamento de Villa Lugano a su hijo, tuvo que cambiar la cerradura y pronto también deberá poner una puerta nueva. Según describió, el lugar “está muy destruido, y ya en el allanamiento policial se llevaron cosas que no se tendrían que haber llevado, como la computadora“.
La mujer aclaró que en la cárcel su hijo hasta ahora “no tuvo ningún tipo de problemas con otros internos” y que “fue culpa de las drogas” que haya asesinado, cosa con la que no coinciden los peritos. El juez lo declaró imputable, lo embargó por un millón de pesos y le dictó la prisión preventiva por el crimen cometido el 8 de julio.
Efectivos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires habían realiado un allanamiento en el departamento del Pity Álvarez, ubicado en la torre 12 del barrio Samoré de Villa Lugano, poco después del crimen. Al ingresar al domicilio, los uniformados escucharon los ladridos de la perra del músico que, días atrás había dado a luz en medio del desorden y la suciedad imperante. Eran cinco perros en total, que intentaban juguetearles a los policías, metiéndose entre sus piernas. Una hornalla estaba encendida en la cocina. Había un tacho de basura con varias jeringas usadas, algunos envoltorios típicos del comercio de pasta base, pero no se encontró ninguna droga ilícita que pueda ser inyectada.
En tanto, al dirigirse a la parte trasera del departamento hallaron un cachorrito más, muerto hace días.