Soy Mariana Oviedo. Fueguina, madre, militante del Movimiento Popular Fueguino y candidata a Concejal de Ushuaia. Soy parte de un proyecto político en el que todos mis vecinos tienen voz, porque en los más de 15 años que llevo caminando los barrios, aprendí que la mejor forma de avanzar es ponerse en el lugar del otro, buscar el bien común y jamás abandonar mis convicciones.
Encontré en la política una herramienta para la construcción colectiva. Mi experiencia en el Concejo Deliberante, dentro del bloque MPF, me dio la oportunidad de conocer las más profundas y complejas situaciones que afectan a mis vecinos; a muchos yo misma los recibí y con algunos pude generar un vínculo de empatía y respeto, para transmitir sus planteos. Hoy quiero ser su voz.
Conozco de cerca los problemas y preocupaciones de muchas familias de Ushuaia, la lucha de las mujeres por la equidad y las dificultades de los emprendedores, porque yo misma las atravesé en mi vida personal. Mis objetivos apuntan al acompañamiento real del Estado municipal para que el desarrollo individual de mis vecinos sea posible, en tiempos donde todos necesitamos un impulso e igualdad de oportunidades.
En mi corazón llevo siempre aquellas ganas de participar y ser parte de la toma de decisiones que me permitieron tener voz en la Juventud del Movimiento. Ese ímpetu y esa firmeza con la que muchos chicos hoy quieren expresarse y aportar su mirada sobre la ciudad, es la que quiero seguir defendiendo para que ellos siempre sean parte de la construcción, en una nueva Comisión del Concejo.
Sé que la participación de todas las voces es fundamental para la construcción colectiva, y tengo la firme convicción de ser un vehículo para transformar los planteos de mis vecinos en soluciones reales para toda la ciudad. Por eso me comprometí públicamente a presentarles un Informe de Gestión semestral y a reactivar el Presupuesto Participativo, para que todos los barrios opinen y propongan las obras necesarias.
En mi vida nada ha sido fácil, como en la de muchos vecinos. Pero mis viejos, mis hermanos y mis hijas me enseñaron a nunca bajar los brazos y seguir mis convicciones. Hoy me enfrento a un nuevo desafío, y aunque sé que implica una gran responsabilidad, me siento más preparada que nunca. Con el incondicional apoyo de mis compañeros de militancia, agradecida y emocionada por cada palabra de aliento de mis vecinos, quiero ser su voz en el Concejo, para que sigamos construyendo juntos.