«Busco alguien +18 que me alquile el DNI para el sábado», publica Juan de 17 años, en una story en Instagram. «Che, alguno de 18 presta DNI por el fin de semana…lo cuido», promete otro menor. «¿Algún DNI vencido por ahí? Compro», remata un tercero en las redes sociales.
La oferta y demanda de DNI de mayores de 18 años se intensifica cerca del fin de semana: los adolescentes los consiguen para entrar a los boliches nocturnos que prohíben el ingreso a menores de edad. Las transacciones comienzan con un primer contacto a través de redes sociales y se concretan en los recreos del colegio, o en algún local de comida rápida, o estación de servicio.
Según un relevamiento hecho por LA NACION entre adolescentes de entre 17 y 18 años el alquiler del DNI por noche cotiza $300. Y la venta del DNI vencido, que sirve para entrar a bailar con el argumento de que aún no han podido actualizarlo, oscila entre $180 y $500, según la confianza que se tengan las partes.

Préstamos
Prestar, alquilar o vender un DNI es considerado por la ley un acto fraudulento. Si el mismo es alterado materialmente, cambiando la fotografía o la fecha de nacimiento, por ejemplo, entramos en el terreno de la falsificación de documento público.
Esta «viveza criolla» es para burlar los controles de seguridad de los boliches nocturnos, pero el uso de documentos públicos -fraudulentos o falsificados- es un delito penal federal.
Los menores de 18 años tienen prohibido el ingreso a los boliches nocturnos. Entre otras cosas, porque la venta de alcohol a menores de edad está prohibida por la ley nacional 24.788. Pese a las reglas, los menores se las ingenian para ingresar y consumir alcohol. Muchos padres se muestran permisivos y tolerantes. Los justifican o dicen que no lo pueden evitar.
Fuente: La Nación